Juan Fugl:  El Pionero Danés

Juan Fugl nació el 24 de octubre de 1811 en Horsiunde, Loilan, Dinamarca, del matrimonio de Christian Fugl y Mette Gotfred. Siendo el menor de nueve hermanos de una familia pobre, a los siete años ingresó a la escuela elemental, luego de lo cual trabajó en distintos oficios, granjeándose la amistad de hombres influyentes especialmente en el ambiente religioso, lo que le permitió en 1835 ingresar en la escuela normal - que había sido su sueño infantil - y egresar en 1837 como maestro.
Ejerció durante varios años la docencia en escuelas privadas y públicas hasta que en 1844 se entusiasmó con la idea de emigrar a la República Argentina junto al médico Jacobsen.
El 8 de agosto de 1844 se dirigió desde Copenhague a Hamburgo desde donde se embarcó con destino a Buenos Aires, llegando el 11 de noviembre de ese año. Allí en charcas sembrando maíz, cebada y papas y también siendo lechero en plena época de Rosas.
Luego de trasladarse por poco tiempo a Barrancosa, se trasladó a Tandil en 1848, estableciéndose definitivamente en 1849, trayendo como capital su arado dinamarqués, un carro con bueyes y algunos otros implementos, además de la decisión de ser agricultor en estas feroces tierras.
En Tandil sembró el primer trigo, efectuando también la primer molienda de su cosecha en el molino que fabricó en 1850. En sus “Memorias” Fugl narra con lujos de detalles la vida Tandilense de la época donde se fue ganando un lugar de relevancia y el respeto de los vecinos. En 1855 trajo la primer máquina trilladora -según su relato- siendo el último año en que sembraría solo. En su chacra había instalado además un horno para la fabricación de pan a cargo del francés Lebrun, el que vendía en el pueblo, donde tiempo después instaló un nuevo horno en una casa y galpón que había adquirido.
En ese año de 1855 fue testigo de los malones de Yanquetruz, sin sufrir daño alguno. Intervino en la vida pública de Tandil activamente, siendo electo municipal en la Corporación e iniciando una intensa labor en favor del progreso del pueblo, especialmente en la educación, así como del trazado urbano y de la religión. Llegado el año 1857 y ya en buena
posición económica, Fugl decidió efectuar un viaje de regreso a su patria, lo que concretó en 1858 donde se casó con su sobrina Ana Dorotea, emprendiendo el regreso el 1° de septiembre de 1859. Fue esta etapa, según relata, la más fecunda y feliz de su vida, la que duró once años.
En Tandil se ocupó nuevamente de su tahona, de la educación y de los asuntos públicos en la Municipalidad, siendo un pionero también en la ayuda a los inmigrantes connacionales que fueron conformando la colonia danesa en estas tierras. Desde 1860 a 1871 vivió en el molino de agua que con tanto trabajo había levantado y donde producía harina fina.
La rica vida de Fugl  -naturalmente aquí muy sintetizada- prosiguió desde fines de 1871 a octubre de 1873 en Dinamarca adonde regresó para visitar sus familiares. Allí perdió dos hijas más -la anterior la había perdido en Tandil- haciendo sin embargo otro con lo que el matrimonio fugl tuvo en total cinco hijos.
De regreso, Fugl continuó con sus trabajos tantos públicos como privados incorporándose a la campaña en procura de un nuevo templo para la iglesia católica pese a que él era protestante -ya había luchado intensamente por dotar a Tandil del culto para los feligreses daneses- así como de su cementerio propio, inquietud que cristalizó en 1875 poco antes de partir definitivamente de regreso a su patria.
Pionero en muchos ordenes -recordemos que también construyó la primer casa de “altos” en nuestra ciudad- Fugl fue como dice el Pbro. J.M. Suárez García: “...el hombre más progresista y dinámico de su tiempo”. De regreso a Dinamarca Fugl falleció el 25 de enero de 1900, dejando en Tandil una obra imborrable, cuyos restos aún perduran (el antiguo Molino Viejo, parte de la casa de “altos”- hoy Escuela de Artes Visuales). Su estatua de granito, tallada por Carlos Allende, contempla desde la ladera del Parque Independencia el crecimiento de la ciudad que él quiso, inaugurado el 24 de octubre de 1964 con la presencia del Presidente de la Nación Dr. Arturo Illia y la princesa Benedikte de Dinamarca. Tenaz -debió sostener diversos enfrentamientos con los ganaderos y hasta hombres fuerte de la época- generoso, visionario y emprendedor, Fugl tiene hoy una calle que conmemora justicieramente su vida y su obra. La misma en la ladera del Parque Independencia y finaliza en la Avenida Brasil.
Daniel Eduardo Pérez 

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