Cerro El Centinela

Este cerro se ubica a 4 km. Del centro de la ciudad en dirección al sur teniendo como caminos alternativos la continuación de la Avda. Avellaneda por Avda. Estrada y por esta hasta el viejo circuito semi permanente o a través de un recorrido de algo más de 8 km. Rodeando totalmente el espejo de agua del Lago del fuerte, par tomar al final del mismo por el camino Don Bosco a la derecha pasando delante de la Quinta San Gabriel de los Hermanos del Colegio San José, el campo de tiro a la paloma mecánica, el Club Banco Provincia antes de llegar al mismo.
Muchos de los cerros de Tandil deben su nombre a figuras que la gente identifica en algunas de sus paredes o a leyendas que se han  transmitido de boca en boca, como por ejemplo: Las Ánimas, La Movediza, Cerro Leones, etcétera; siendo El Centinela uno más de éstos.
En el caso del Centinela su nombre está ligado al menir que lo corona con un peso de aproximadamente 72 toneladas y una altura próxima a los 8 metros que merced al trabajo de los picapedreros, verdaderos iniciadores de la tradición industrial tandilense, ha quedado expuesto al vacío en más del 40% de su
cuerpo o volumen y apoyado sobre una base minúscula para su tamaño, haciéndolo más majestuoso que en su estado original.
Aceptada la teoría de la “gran explosión” como origen del mundo podemos decir que este monumento megalítico al igual que la piedra movediza y otros no tan famosos, fueron gotas de piedra líquida, que no formaron desde el principio parte de la base de los cerros y que rodeada de gases se fueron enfriando. 
 Como así también puede decirse que ofrece una curiosidad geológica y es un claro exponente del fenómeno de la disyunción o exfoliación esferoide: las rocas adquieren por erosión una forma esferoide que actualmente por los años transcurridos se puede decir que hoy es el  20% de su tamaño original.
Su núcleo se va descascarando progresivamente debido a la disposición particular de sus feldespatos (textura orbicular de ciertas migmatitas) que meteorizados se caolinizan y desaparecen luego por escurrimiento , es decir, mediante el arrastre producido gravitacionalmente por las aguas superficiales. El Centinela es una de las piedras esferoides de cecular transformación. Posee gran majestuosidad y belleza incomparable, por sus inmediaciones corren encantadores caminos vecinales que embellecen aún más el paisaje agreste.
 Hay en el lugar un parador de características acordes con el paisaje, en el cual se pueden degustar las mejores tablas de fiambres y  tortas caseras.
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