Paseo La Cascada  y

Sierra de Las Animas

Paseo La Cascada
Las sierras de Tandil ofrecen innumerables posibilidades para el asombro, de este   cerro donde convergen vertientes naturales que bajan a borbotones, esta presenta una fina corriente de agua que se precipita por entre las rocas y cae en lo  bajo  del terreno, donde se encuentran una gran variedad de  helechos.
 La Cascada es un paseo muy singular y virgen, que probablemente lo va a asombrar. Se caracteriza por su irregular existencia ya que depende de las surgientes altas y por consiguiente varía según las lluvias.
 A la misma se llega luego de pasar por el circuito del dique siguiendo por la avenida Don Bosco aproximadamente 1500 metros de la rotonda del lago, encontrará el cartel indicador de acceso por la calle Yugoslavia y gire a su izquierda y siga el camino, se va a encontrar a su izquierda con el acceso a la Hostería de La Cascada que; recuerde que si bien no está asfaltado se encuentra bien mantenido y solamente son 1000 metros hasta llegar al estacionamiento de la cascada, seguro que va a disfrutar de la naturaleza y si lleva su equipo de pic-nic no se va a arrepentir, es un lugar absolutamente natural, rodeado de las sierras más antiguas del planeta.
 Un lugar para compartir en familia...
Sierra de las Animas
Este cerro se encuentra  a un paso de la ciudad, en dirección al sudeste y forma parte de la cadena de Tandilia, donde nació la Argentina. Las Ánimas cuenta con 480 metros sobre el nivel del mar y se la observa desde cualquier punto de la ciudad.
 Formando un cordón alrededor de la ciudad pareciera que estuviera custodiando Tandil; pero su encanto se lo dan las  heridas que posee sobre sus faldas por el golpe implacable de las canteras.
 Su nombre tiene que ver con antiguas leyendas, con relatos de luces malas, con misterios que todavía hoy se siguen tejiendo sobre este cerro majestuoso; historias de platillos voladores o pozos que no tienen fin, son algunos de los enigmas que cierra Las Ánimas.
 Actualmente un sorprendente truco acceso, los automóviles que ascienden al lugar, parecen descender misteriosamente en dirección contraria. 
 Este receloso guardián betrio, es un aquelarre de belleza, magia, misterio y fantasía que posee la  ciudad.
 Visitelo, recorra sus alrededores y aspire aire puro, uno de sus accesos es seguir el recorrido del viejo ramal del tren de carga que llegaba hasta la cantera y que fue levantado hace varios años.
 
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